Una fractura de tobillo es una rotura de uno o más huesos que forman la articulación del tobillo. Las fracturas de tobillo suelen resultar de caídas o lesiones de alto impacto que implican torsión o rodamiento del tobillo. Dependiendo del tipo de fractura, puede requerirse cirugía para realinear los huesos y permitir su curación.
Fracturas de Tobillo
La articulación del tobillo está compuesta por tres huesos distintos. Una fractura de tobillo puede ser simple, afectando solo un hueso, o compleja, involucrando múltiples partes de la articulación del tobillo. Las radiografías ayudan a determinar si se necesita tratamiento quirúrgico o no quirúrgico.
La alineación adecuada de los huesos es necesaria para que una fractura de tobillo sane. El tipo de fractura ayudará a determinar cuál tratamiento es el mejor. Algunas fracturas de tobillo pueden sanar con un yeso o una bota, mientras que otras pueden requerir cirugía para estabilizar los huesos.
Placas metálicas, tornillos y pines pueden usarse para mantener los huesos fracturados en su sitio y estabilizar una fractura de tobillo. Estos pueden colocarse en la parte posterior, externa o interna de la articulación del tobillo, dependiendo de la ubicación de la fractura.
Para reparar una fractura de tobillo, normalmente se realizan incisiones a lo largo de ambos lados de la articulación. Esto permite al cirujano acceder a la fractura y estabilizar los huesos.